Historias a medias

Empecé tarde a interesarme por la política. Fue casi de casualidad, sin darme apenas cuenta.
Corría el año 98 y yo me encontraba haciendo el servicio militar obligatorio. Mi madre veía como iba definiendo mi forma de pensar, sin yo saber aun que eso encajaba en algún lugar determinado. Notaba como me revelaba una y otra vez, como mostraba mi indignación ante las injusticias, los abusos y como me encabronaba con algunas actitudes. Hasta que en la sobremesa de un día cualquiera, oyéndome hablar de algún tema que no recuerdo, espetó: “Este ha salido a su abuelo”. Le pregunté al respecto y me contestó con media sonrisa, casi mostrando un orgullo que no dejaba salir del todo a flote: “Tu abuelo era rojo”.
En mi casa nunca se habló de política. Desconozco si mi padre era de izquierdas o de derechas (aunque le intuía un ramalazo felipista). Pero recuerdo a mi abuela, mirando de reojo a la puerta, asegurándose de que nadie podía oírla y bajando la voz antes de decir casi entre dientes: “Franco…el hijo de puta”.
Me fui ubicando, políticamente hablando. Leí, leí muchísimo en relación a la política, para comprender antes de tomar la decisión de afiliarme a un partido y con ello fui conociendo historias de unos y de otros sin conocer la mía.  No tuve tiempo de preguntarle muchas cosas a mi abuela, su memoria se borró poco antes de que mis inquietudes políticas salieran a relucir y solo algunas historias que mi madre conocía a medias pude recuperar. Algo de un barco con destino a Málaga que mi abuelo debió coger para huir y nunca lo hizo, algo de tres fusilados que pudieron ser cuatro, algo de que lo sacaron a empujones de su casa con esa prepotencia que dan las armas y el uniforme, que se lo llevaron,  que nunca encontraron nada, que nunca le sacaron nada… pero en su casa dejaron miedo, ese miedo con el que mi abuela hablaba años después. “Franco…el hijo de puta”
Se acerca el 14 de abril y por ese miedo, por esas historias a medias, por la memoria, por el olvido, por el silencio, por los que lucharon, por los que murieron, por la libertad, gritaré: “¡Viva la República!”. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario