Desvirgándome

Siempre hay una primera vez para todo y hoy me toca desvirgarme (al menos oficialmente)  en estas lides articulísticas y/u opinadoras. Y me cuesta, ya lo creo que me cuesta, pero no podía dejar pasar la ocasión que se me brindaba de prestar mi humilde pluma en este sitio, en esta ventana donde cual Maruja de barrio, de mi barrio, podré asomarme las mañanas de los martes para cuchichear con quien quiera que sea el que esté asomado al otro lado.

Siempre hay una primera vez para todo y esta es la mía. Mi oportunidad para pensar en voz alta, para dar a conocer  mis pensamientos, mis deseos, mis preocupaciones, mis inquietudes, mis locuras. Eso precisamente es lo que hace que me suden las manos y se me dispare el pulso al enfrentarme a un papel en blanco que a veces me hecha cojones, obligando a descamisarme y sacar a relucir mis sensaciones mas profundas, los sentimientos mas míos para vencerle y plasmar algo en él. Esa estúpida sensación de pérdida de intimidad, de desnudez al expresarme ante todos hace que incluso me sonroje, pero tenía ganas de hacerlo.

Tenia ganas de desvirgarme en esto de escribir, de escribir sin versos, sin música…pero con tres por cuatro, por eso he querido bautizar así  mi rincón, como queriendo de esa forma no sentirme desorientado ni perdido, asumiendo quien soy y cual es mi sitio en  este recóndito pero maravilloso punto del mapa: obrero por obligación, perezoso por devoción y carnavalero porque así lo quiso mi padre y la madre que me trajo al mundo, conque añadiendo a cada propósito una pincelada carnaválica me siento más seguro, mas yo mismo.

no se si estaré a la altura ni de las firmas que comparten este espacio conmigo, ni de los exigentes lectores que le presupongo al medio. Por eso hoy he querido utilizar mi primera aparición, tan solo para tantear un poco el terreno y dar a conocer mis intenciones.

El próximo martes, cuando escuchéis un tres por cuatro, abrid la ventana. Os espero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario