Harto de tallarines

Ya no sé si soy una taza, una tetera o una olla exprés. Un tallarín, otro tallarín… no puedo más. Es insoportable.
 Ser padre es algo maravilloso,  lo más bonito que me ha pasado en la vida, pero conlleva sacrificios enormes, sobre todo si a mamá se le mete en el "chuchuwá" que la niña vea los canta juegos.
 Ahora, desde hace meses, me levanto con el pollito "Lito", y me acuesto con la brujita "Tapita". No hay en el mundo nadie a quien odie más que a los mamarrachos éstos de los canta juego y mira que mi generación dio por culo con el milikito y su puñetero padre y ya ni te cuento con la niña repelente de Enrique y Ana. Pero estos ya se pasan. A veces, he llegado a pensar que detrás de canciones como  "Aramsamsam", o "epo e tai tai e" se esconde algún tipo de mensaje subliminal que hipnotiza a los peques sin que nos demos cuenta.
 No los soporto. No, de verdad, no puedo con ellos, me produce ansiedad, me pone de mal humor ver algo tan cutre. Qué digo cutre... ¡cutrísimo!,  ¡¡esperpéntico!! Para unos videos grabados probablemente en el gimnasio del barrio del gilipollas del bombín, y metidos en un televisor "caleti puro" no encuentro otra definición. Eso sí, adornado con unos dibujos que son la caña, debió hacerlos el padre del cabrón del burrito Pepe. Las chicas que ¿bailan? y ¿cantan?...bueno, las chicas del grupo lo mismo salen con un traje a rayas que en la siguiente secuencia salen con un peto vaquero  y de nuevo otra vez al traje a rayas. Luego el sonido y la imagen van como les sale de los cojones...en fin, un pelotazo, vamos. ¡¡Y encima me tienen como un gilipollas buscando en google qué coño es un ico!!
Pero lo peor no es que el canta juego sea una mierda, si no que los hijos de puta tienen 23 discos de platino y 3 discos de oro.
 Y que nadie me venga con el rollo del  desarrollo del sentido rítmico y la expresión corporal, ni del estímulo de la psicomotricidad del niño, que mi niña se me está idiotizando y a mí me están estimulando demasiado la psicomotricidad del monolito central de la plazoleta peluda...Ay, Torrebruno, ¡¡cuánto te echamos de menos!!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario