Tenemos que remotarnos al 12 de octubre de 1972. En una habitación del hospital de Son Dureta, en Palma de Mallorca, mi madre daba a luz dos hijos mellizos...el resto de la historia se lo resumo: Creo que mi familia es una víctima más en el caso de los bebés robados en España.
La historia de los niños robados tiene sus raíces en el franquismo, dónde les arrebataban a sus hijos a presas políticas y mujeres republicanas para dárselos a familias conservadoras. Curitas y monjas que quizás se creían con la potestad moral de velar porque esos niños se criaran dentro de un ambiente "digno" y fueran educados en la "decencia" que otorgan los valores cristianos. Aunque los primeros casos se dieron como pagos de favores a familias pudientes y poderosas del régimen, pronto se convirtieron en tramas puramente económicas, que extendieron sus tentáculos mas allá de la dictadura.
Las paredes de decenas de hospitales españoles, fueron mudos testigos de cómo médicos y religiosos jugaban a ser Dios, de cómo se intercambiaban niños por dinero, de bebés que salían del paritorio tras haber sido dados por muertos y detrás de todo esto, miles de familias que han vivido un engaño de más de treinta años, niños tratados como cachorros humanos que aún hoy desconocen que su vida es una mentira y que en algunos casos esa mentira durará para siempre. Esos niños que hoy son hombres, jamás recuperarán el tiempo perdido. Nunca jugarán junto a su hermano, ni serán arropados por su verdadera madre, ni conocerán qué les hubiera deparado el futuro de haber sido criados en su verdadera casa, en su entorno legítimo. A esas madres les robaron a sus hijos, pero a esos hijos les robaron sus vidas. El daño causado es irreparable a estas alturas, pero no hay que quedarse de brazos cruzados, hay que conseguir que los culpables de tan abominable trama, paguen por lo que hicieron. Yo de momento aclararé mis dudas.
No sabes como te entiendo, soy trilliza, y nací el 25 de junio de 1973 en el hospital de Son Dureta. Hace tiempo que también me martillea una idea pero no tengo fuerzas para buscar y saber la verdad. Yo sobreviví milagrosamente a pesar de mi escaso peso y mis hermanas aparentemente sanas y con buen peso fallecieron a los pocos días. No tenemos papeles, ni tampoco las vieron muertas, se hizo de todo cargo el hospital. Mi pena es que las únicas personas que podrían aportarnos algo de luz, mi padre y mi abuela, fallecieron antes de que nos hicieramos preguntas. Desde niña sentí que me faltaba algo, me sentía incompleta,y nunca sentí que ellas estaban muertas, no sé explicarlo. Hoy mi corazón llora y no sé como calmarlo.
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