Desde que el mundo es mundo y muchísimo antes de que el homo fuera
sapien, hemos vivido con la necesidad, entre otras cosas, de darle
placer al cuerpo. Es algo tan natural y necesario que todos, hombres y mujeres nos hemos entregado alguna vez a tales
menesteres. Todos nos hemos dejado llevar por la apetencia de disfrutar
estimulando nuestros sentidos, bien con un suculento manjar, una buena música e
indudablemente con lo que todos estáis pensando ahora mismo: con el sexo. Todos
lo practicamos, unos mas y otros menos, ya sea en pareja si te dejan, en grupo
(suertudos ellos) o donde hay un porcentaje mayor: en solitario, o lo que es lo
mismo, a base de pajas.
Pero parece que esto último sigue siendo tabú en este mundo y en pleno
siglo XXI, incluso algunos estarán echándose las manos a la cabeza (las mismas
manos con las que no hace mucho habrán dado rienda suelta a su imaginación) al
leer la palabra paja en un periódico. Los mismos gilipollas retrógrados que han
intentado por todos los medios que la concejala Olvido Hormigos del
Ayuntamiento de Los Yébenes presentara su
dimisión por salir en un video masturbándose. Los mismos que posiblemente excusen
mamadas bajo la mesa del despacho de algún político. Los mismos mojigatos que
no se sorprenden, ni exigen dimisiones a políticos corruptos, ladrones y
mentirosos, y los mismos hipócritas que habrán buscado el dichoso video para
recrearse y pajearse como monos ante la pantalla del ordenador.
Tristemente es así esta sociedad casposa y anticuada, en la que nos
sobrecogemos si se habla de libertad sexual y mucho más si esa libertad la
tiene una mujer.
Mañana mismo presentaré mi dimisión como autor de la chirigota de
O´donnell por apretarle el cuello al ganso sin motivo aparente, por vicio.
Presentaré mi dimisión en la empresa porque me la casco, si, me la casco por cascármela,
por la satisfacción que da el trabajo bien hecho. Dejaré de militar en mi
partido por tocarme el cíclope casi a diario. Pondré mi cargo a disposición de
la comunidad de vecinos, por ser amigo de doña manuela y apretarme aunque me
duela. Y por supuesto dejaré de respirar, que por lo visto un pajillero no
tiene derecho a ello.
PD. Menos mal que la del video no ha sido Leire ‘Pajín’.
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