La "vergüenza" de ser de izquierdas

A pesar de los malos tiempos que estamos viviendo, no me avergüenza decir que sigo confiando en mi partido, el PSOE, ese que se fundó en mayo de 1872, liderado por Pablo Iglesias en una taberna de la madrileña calle Tetuán, con el único objetivo de  defender  a la clase obrera.

Podemos discutir sobre el mayor o menor acierto en sus acciones, pero nunca en sus intenciones, que no han sido otras que la de proteger a los que mas lo necesitan.

Ha habido errores, por supuesto, pero tampoco el camino ha sido de rosas     precisamente en esta última legislatura. Había que tomar decisiones y sólo   yerra       quien las toma. Si echamos la vista atrás, en treinta años de democracia, el PSOE ha   gobernado en   veintidós de ellos, conque el progreso y el crecimiento del país lleva indudablemente el sello del Partido socialista le pese a quien  le pese.

Pero no me corresponde a mi hacer un análisis de las políticas del partido, ni os entretendré hablando de ello. No aburriré a mis lectores (si es que alguno hay  por  ahí) con una retahíla de  propuestas, ni con su programa, ni con su campaña. No. Yo sólo hablaré de mis convicciones, mis ideales, mis creencias. De eso que siempre      defenderé, aunque hoy, hablando con un conocido, me hayan dicho que me debería dar vergüenza ser de izquierdas.

Yo no siento vergüenza por ser fiel a la memoria de aquellos que lucharon y murieron por la libertad de mi país durante la guerra civil española, no me da vergüenza retorcerme de asco ante las injusticias, ni me abochorna pensar en los demás más que en mi mismo, ni me ruboriza creer en un sistema más justo, donde la igualdad de oportunidades sea una realidad, ni creer en el progreso, ni soñar despierto como hoy que un mundo mejor es posible. Y por supuesto no, no es ninguna humillación para mi  pensar diferente a los Rajoy, Aznar, ni a todos los herederos de la derecha mas rancia de este país.

No soy terrorista, ni asesino, ni ladrón. Soy de izquierdas y no picha no, no me da vergüenza.

"Sois socialistas no para amar en silencio vuestras ideas ni para recrearos con su grandeza ni con el espíritu de justicia que las anima, si no para llevarlas a todas   partes".

Pablo Iglesias