19 años hace
que el F.C Barcelona se proclamaba por primera vez en su historia campeón de
Europa. En aquel mítico equipo, figuraba un chaval de 21 años, enjuto, de
apariencia débil, cuya fuerza habitaba en un lugar donde no alcanzaba la vista.
Ese chaval,
poseía un cerebro privilegiado para el deporte del balón, de esos que piensan
dos segundos antes que el resto. Si, era Pep Guardiola, ‘el noi de Santpedor’. La
extensión de Johan Cruyff en el campo, un chico apasionado por el futbol de
toque, un futbolista inteligente. El organizador perfecto para el “Dream Team”,
el mejor equipo de la historia del Barça hasta que ese mismo chico se sentó en
la banqueta del Camp nou.
1439 días
después de su nombramiento como
entrenador del Barça, el equipo blaugrana a añadido a sus vitrinas dos Ligas de Campeones, tres Ligas, dos Mundiales de
clubes, tres Supercopas de España, dos Supercopas de Europa y una Copa del Rey
(que aun pueden ser dos), así como el orgullo de endosarle un 2-6 o un 5-0 al
máximo rival, el Real Madrid. Pep, además, es el único entrenador de fútbol de
la historia en conseguir los seis títulos oficiales en un mismo año y todo ello
con un juego asfixiante en la presión, insuperable en la posesión de balón y
con la resolución necesaria para resolver los partidos porque como él dijo una
vez “no hay nada mas peligroso que no arriesgarse” y así lo hizo, un futbol
perfecto, salido de las entrañas de la masía.
Pero ahora ‘el Pep’ se va. Guardiola ha
escogido una salida inusual de Can Barça: irse sin ser discutido, con el amor
de la gente. La gran mayoría de entrenadores anteriores han sido destituidos
bien por fin de su contrato, descontento del Estadi, malos resultados o desavenencias
con la directiva.
Pocos líderes acostumbran a digerir correctamente
el paso del tiempo en Barcelona, incluidos los mejores futbolistas que han
pasado por la entidad. Basta un año para olvidar una historia, y el técnico de
Santpedor ha creído que el momento ha llegado. Guardiola ha escogido una vía
distinta: marcharse antes de que le quisieran fuera. Se ha ido como un
caballero sabiendo ganar, pero aún más sabiendo perder. Su legado no se merecía
un final infeliz.
Se marcha una persona sencilla, humana y
humilde a la que nunca se le ha escuchado una frase fuera de contexto, ni una
palabra, ni un hecho. No recuerdo que por el club blaugrana haya pasado un
entrenador con el saber estar de Pep. Es una retirada a tiempo de una persona
inteligente que deja el listón muy alto. Pasará a la historia.
Gràcies per tot, Pep. “Si perdemos,
seguiremos siendo el mejor equipo del mundo. Si ganamos, seremos eternos”.
Bueno alguna salida de tono si ha tenido, cuando ha perdido o cuando corrido peligro la victoria, como todo el mundo, ni más ni menos. Lo dice uno del centro. jejeje.
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